miércoles, 9 de junio de 2010
El tesoro de Monteverde
Por. Isidro Toro Pampols
En tiempo de la inauguración de la autopista Caracas La Guaira se desató un frenesí por encontrar el tesoro de Domingo Monteverde. No fueron pocos los que se extraviaron por la parte de Boquerón en el cerro El Ávila buscando la fortuna que había dejado escondida el caudillo realista tras la conquista de Caracas al momento de fenecer la Primera República venezolana.
La leyenda del tesoro de Monteverde se sustenta en las acciones ocurridas durante el año de 1812, cuando el gobernador de Coro, brigadier José Ceballos, destacó una columna bajo el mando del capitán de fragata Domingo de Monteverde, quien había llegado a Coro con unas fuerzas conducidas por el mariscal de campo Juan Manuel Cajigal, con el fin de dar apoyo a las diversas partidas de insurrectos quienes desconocían la Independencia de Venezuela y proclamaban lealtad a la causa realista peninsular.
La invasión de Monteverde parte de Coro y culmina en Caracas. Según cuenta la leyenda que tanto él como sus oficiales confiscaron muchos bienes de los patriotas, especialmente de aquellos quienes intentaron salir del país por el puerto de La Guaira y fueron aprehendidos por las fuerzas leales al rey Fernando VII.
Oficialmente poco se dice del despojo y se comenta que Monteverde no pudo llevarse el tesoro a las campañas de Maturín ni tampoco cuando fue a Valencia. Igualmente Bolívar encontró poca cosa valiosa cuando entró en Caracas, a pesar que Juan Pablo Sojo recoge una leyenda barloventeña que desmentiría en parte lo señalado, ya que afirma que durante el paso por Barlovento de “la romería dolorosa del año 13, tras de ese pueblo que huía, guiado por Bolívar rumbo a Cumaná, quedaron rezagados un sargento y dos soldados, quienes arriaban unas espiadas mulas cargadas con algunos cofres de dinero. Allí en el Alto de Muruguata, o Mesa Grande, se detuvieron y… decidieron despachar al soldado fiel y allí mismo le dieron muerte, enterrándolo junto a los cofres.” (1)
Pero volvamos a lo nuestro. Cuenta la leyenda que Monteverde opto por esconder el tesoro en lugar seguro hasta tanto pudiera enviarlo a España sin revisarlo las autoridades reales. Para ello solicitó el concurso de un paisano rico dedicado al negocio de la usura, quien conocía una cueva por los lados del Ávila que hoy se conoce como de Boquerón. El comerciante cargó con ocho mulas y se hizo acompañar de un caporal y dos esclavos. Llegaron al precitado sitio de la cueva de Boquerón y escondieron los cofres. Luego el caporal mató a los esclavos y el comerciante asesinó al caporal. Cuando retornaba a Caracas fue muerto por esbirros de Monteverde, quedando en poder del Capitán de Fragata un mapa que le había suministrado el paisano.
Las circunstancias de la guerra hicieron huir a Monteverde hacia Puerto Cabello, posición que es sitiada por el ejército de Bolívar. En uno de los combates sufre grave herida perdiendo casi toda la mandíbula inferior lo que le obliga a abandonar la plaza sin tener oportunidad de buscar su tesoro.
La leyenda quedó y tras la inauguración de la autopista se le facilitó a más de uno acceder en búsqueda de la cueva y el tesoro. Las autoridades pasaron a vigilar la zona y prohibir el transito hacia la zona boscosa. Igualmente se comentaba por esos años que el general Juan Vicente Gómez, tras conocer la leyenda, ordenó la búsqueda de la fortuna, sin suerte alguna. Por lo que se decía que “si Gómez no lo encontró, eso no lo encuentra nadie”.
(1) Fuente: El Estado Miranda su tierra y sus hombres. Ediciones del Banco Miranda. Caracas, 1959
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